La cañonera "Gral. Rivera"
Regata de la Cañonera General Rivera en 1902
Una cañonera por la calle mayor
Si algo faltaba para que así fuera, era que un barco “navegara” por 18 de Julio. Fue en años en que gobernaba Santos y que la Escuela de Artes y Oficios disciplinaba jóvenes con problemas de conducta. Allí, en la calle 18 de Julio entre Yaro y Caiguá (Tristán Narvaja y Eduardo Acevedo actuales), se construyó la cañonera “General Rivera”. Una vez terminada, en marzo de 1884, el problema era resolver cómo se la botaba al mar. Dice el escritor-cronista José Ma. Saldaña: “El peso de 2.000 quintales de la mole, algo así como 92.000 kilos dará idea de que el transporte no era problema del todo simple”.
Reconstruyendo el extraño episodio, agrega: “Quedó resuelto que el barco resbalaría por tablas extendidas sobre una doble fila de durmientes de madera dura, traccionado a fuerza humana, redoblada por adecuados cabrestantes”. El 10 de Marzo, “los alumnos de la Escuela, dieron principio a la tarea de accionar los cabos, y frescos y entusiastas, doblando la esquina 18 de Julio, arrastraron la cañonera, dejándola frente mismo a la entrada del establecimiento”.
“Como no podían ser solamente los muchachos escolares los realizadores de la proeza del transporte de aquellos casi 100 mil kilos, a contar del día 12 entraron a meter hombro los soldados de la fuerza de guarnición, turnándose los batallones”.
“El 11 se traspasó la calle Gaboto y el 12 se hizo otro tanto con la de Magallanes”.
“El 12 estaba el casco frente a la Plaza de los Treinta y Tres”.
“Soldados vestían uniforme de brin, con las amplias bombachas almidonadas, características de entonces”.
“Soldados vestían uniforme de brin, con las amplias bombachas almidonadas, características de entonces”.
“Tomó el primer turno militar un plantel de 100 hombres de 5° de Cazadores. Santos ni en ese detalle quizo dejar de lado su predilección por el cuerpo de infantería que había sido el suyo y continuaba considerando como tal…”.
El caso es que el sábado 15 llegan a la esquina de 18 y Médanos, donde estaba la casa residencia del Dr. Francisco Vidal, ex-presidente de la República, a la que había accedido por sus vinculaciones con el santismo. “Al enfrentarla, se izó la bandera nacional en el mástil de honor de la cañonera, prorrumpiendo los soldados en estrepitosos y adecuados vivas”.
“El doctor Vidal respondiendo al honor, quiso que los oficiales tomaran una copa en su casa y que la cerveza corriera abundantemente entre la gente de tropa”.
“Mientras tanto, y desde el primer día, la novedad de aquella travesía terrestre, había cundido por todas partes y la calle 18 de Julio ofrecía un aspecto de inusitada animación que se prolongaba hasta altas horas de la noche”.
“Además, detalle interesante, fueron muchas las personas que quisieron darse el gusto de tirar un poco de los cables y algunas también las que rodaron por el suelo, en las repetidas veces que aquellos reventaron de improviso”.
“Pasábase por un período de seca prolongada y un calor no común a esa altura de la estación, hacía más penosa la tarea del alumnado de la escuela y de los milicos en aquel principio de otoño del 84″. Algún día, hubo incluso que suspender la tarea, a raíz de la excesiva temperatura.
El día 18 se llega frente a la casa del presidente Santos. “La banda de artillería, instalada en la cañonera, hizo sentir marciales acordes mientras el aire se llenaba de cohetes voladores. Santos, acompañado del general Pagola, jefe de Estado Mayor salió al balcón, teniendo para los muchachos de la escuela y los soldados, palabras de aliento y de saludo, que ellos contestaron con grandes aclamaciones”.
“En el piso bajo de la residencia presidencial estaba preparando un almuerzo. Cuando éste concluyó Santos mismo dio la señal de recomenzar la cinchada”.
Llegando a la plaza Independencia, “la banda de la Escuela de Artes dio una gran retreta nocturna, con quema de fuegos de artificio”.
“Siendo las calles de la ciudad vieja tan estrechas, se adoptaron, antes de embocar en la calle Sarandí algunas precauciones elementales: los arcos de la iluminación a gas, que corrían de un frente al otro, fueron quitados y se prohibió extender los toldos de los comercios”. Algún roce en las paredes, las protestas de las empresas de tranvías por los perjuicios sufridos debido a la interrupción del tránsito, las especulaciones acerca de dinero gastado en maderas, cadenas, cuerdas y sebo; sumadas a la curiosidad y algarabía de la gente, acompañeron el paso de la “General Rivera”.
La odisea terminó en el varadero de Gounouillou, donde fue botada al mar, previo un almuerzo dado a las escuadras del 1° de Cazadores, que remató la faena, por la Comandancia de Marina. “La ceremonia de la bota dura quedó un poco oscurecida, pues precisamente en esos días se produjo en el departamento de San José una especie de levantamiento militar que concentró hacia otro lado la atención pública”.
Navegó hasta 1903, año en que se fue a pique, estando anclada en la bahía, a raíz de una explosión que dejó varios muertos y heridos como saldo. Casi como un símbolo del primer empuje disciplinador, cayó abatida cuando se abría paso la segunda modernización.
Texto: La Malbienquerida Montevideo (Ana Ribeiro)
La cañonera "General Rivera" fue construida en Uruguay, específicamente en los Talleres de la Escuela de Artes y Oficios, siendo botado su casco en abril de 1884 luego de ser trasladada por las calles 18 de Julio y Sarandí hasta el Puerto de Montevideo
La Gral. Rivera tenia 35,5 metros de eslora, 6,65 de manga; 4,30 de puntal y 3,30 de calado, con un desplazamiento de 241 toneladas. Estaba armado con 4 cañones Krupp de 95 mm y una ametralladora Nordenfeldt de 25 mm.
Su tripulación Momento de su hundimiento
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