El Monumento a Artigas
En la plaza Independencia de Montevideo
Según manifestaciones del periódico La Tribuna Popular, de esta manera, el país pagaba ese día "una vieja deuda". El comentario refería a los más de cuarenta años transcurridos entre la aprobación de una ley destinando una suma de dinero para la erección de un monumento en homenaje a Artigas y su efectiva concreción.
En 1882,
durante el gobierno de Máximo Santos, se aprobó un proyecto de ley presentado
por varios representantes por el cual se preveía la realización de un monumento
en homenaje a quien unánimemente pasaba a ser considerado "fundador de nuestra
nacionalidad". Por su relevancia en tanto nexo entre la antigua y la nueva
ciudad, la Plaza Independencia fue el lugar elegido, en esta misma instancia,
para el emplazamiento de la pieza escultórica.
Sin embargo, tras la colocación de la piedra fundamental el 25 de agosto de 1884, transcurrieron casi veinte años antes de que el tema volviese a concitar el interés de los gobernantes. Durante el primer gobierno de Batlle y Ordoñez se promulgaron dos leyes que pautaron avances de importancia. Por una de ellas se estipulaba el traslado del monumento a Joaquín Suárez -ubicado en la Plaza Independencia entre 1896 y 1906- a una plazoleta ubicada en el espacio anteriormente denominado Mirador Suárez, precisamente en el área abarcada por la quinta de descanso del ex presidente y político colorado. De acuerdo a la otra ley se elevaba la suma originaria destinada a la construcción del monumento a Artigas.
Este segundo impulso de la iniciativa de construcción de un monumento estuvo precedido por la convocatoria a un concurso en el que se elegiría un modelo de escultura apropiado. Los bocetos debían atenerse a los lineamientos generales esbozados por Zorrilla de San Martín en "La Epopeya de Artigas", obra que el Estado batllista encomendara a este intelectual especialmente para la ocasión.
En 1913, los miembros de la comisión encargada de juzgar el casi medio centenar de bocetos presentados, declararon obras finalistas de este certamen a los proyectos del italiano Ángel Zanelli y del uruguayo Juan Manuel Ferrari. Finalmente se optó por el Artigas de Zanelli, resaltando con especial énfasis el carácter heroico y monumental de este esbozo iconográfico.
Sin embargo, tras la colocación de la piedra fundamental el 25 de agosto de 1884, transcurrieron casi veinte años antes de que el tema volviese a concitar el interés de los gobernantes. Durante el primer gobierno de Batlle y Ordoñez se promulgaron dos leyes que pautaron avances de importancia. Por una de ellas se estipulaba el traslado del monumento a Joaquín Suárez -ubicado en la Plaza Independencia entre 1896 y 1906- a una plazoleta ubicada en el espacio anteriormente denominado Mirador Suárez, precisamente en el área abarcada por la quinta de descanso del ex presidente y político colorado. De acuerdo a la otra ley se elevaba la suma originaria destinada a la construcción del monumento a Artigas.
Este segundo impulso de la iniciativa de construcción de un monumento estuvo precedido por la convocatoria a un concurso en el que se elegiría un modelo de escultura apropiado. Los bocetos debían atenerse a los lineamientos generales esbozados por Zorrilla de San Martín en "La Epopeya de Artigas", obra que el Estado batllista encomendara a este intelectual especialmente para la ocasión.
En 1913, los miembros de la comisión encargada de juzgar el casi medio centenar de bocetos presentados, declararon obras finalistas de este certamen a los proyectos del italiano Ángel Zanelli y del uruguayo Juan Manuel Ferrari. Finalmente se optó por el Artigas de Zanelli, resaltando con especial énfasis el carácter heroico y monumental de este esbozo iconográfico.
No obstante, a
partir del año 1916, el lugar destinado al monumento fue ocupado por la fuente
luminosa Los Ríos -también llamada Cordier en honor a su autor- que, recién en
1922 fue emplazada en su actual ubicación, frente al Hotel del Prado.
En 1977, durante la dictadura militar, se le agregó al monumento inaugurado en el año 1923 un mausoleo de granito en el que se custodia la urna con los restos de José G. Artigas.
En 1977, durante la dictadura militar, se le agregó al monumento inaugurado en el año 1923 un mausoleo de granito en el que se custodia la urna con los restos de José G. Artigas.
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